miércoles, 30 de mayo de 2007

Chicas fáciles

Es un milagro que existan chicas fáciles, porque la vida no suele serlo. Además, toda chica se guarda un misterio que no se desgasta por mucho que la froten. M. S., la que en otro tiempo fue amante de Muñeco Bandido, era la chica más fácil y la más enigmática. Un día quise escudriñar su mirada y antes de lograr un solo destello de su pupila la tenía aferrada a mi entrepierna. Cuidado, esta putita es demasiado cara. Porque no tiene precio.

miércoles, 16 de mayo de 2007

El día de acción

Se imaginó parado al final de todo, al final de la calle, callejuela o plaza, al final del descampado, al final de los límites del barrio, al final del mar. Se veía a sí mismo como un acabarse todo, no sé si como un principio. Publicó una nota en una botella, recordó haberse llamado en otro tiempo Muñeco Bandido y tejió un saco que recubrió su cuerpo como una nueva piel. Y allí estaba, solito, preparado para lo nuevo.

domingo, 6 de mayo de 2007

De cómo surgieron los problemas

Empezó a escribir por sus rodillas.

Él disfrutaba bajando la mirada.
Como antídoto, ella no hacía más que sonreír.
La corva era su cueva
cuando la espiaba de espaldas.
En la corva estaba todo el calor del verano
y el inicio de un poema.

Agazapado en el anonimato
él fabricó musarañas retóricas para ella
y luego ella no entendía
con el papel infectado entre las manos.
Dejaba de sonreír, volvían los tornados:
se tapaba las rodillas con un pantalón largo.

Evaporado el antídoto
sólo quedó la enfermedad.
Él ya no pudo dejar de escribir,
sin comprensión y sin remedio.

La leyenda del espacio