viernes, 6 de julio de 2007

Malhumor

Muñeco Bandido no pidió perdón por su malhumor. Sólo quería bailar alienado en una pista pegajosa, como si se fuera a suicidar utilizando las sacudidas estilo Ian Curtis. En el fondo sabía que el problema era sólo suyo, por mucho que los demás le hubiesen herido con sus comentarios no tenía demasiados motivos para estar así. Él era el causante de sus idas y venidas, de sus días impares. El malhumor: duele, escuece, envilece, prevalece. Este fragmento no tiene final feliz, no busca ponerse bien.

1 comentario:

mandarina dijo...

¿Desde cuando exiten los finales felices?



:)