lunes, 9 de junio de 2008

Las trabas de la experiencia

Recuerdo que antes no le tenía ningún miedo a la escritura, me parecía una chorrada muy grande lo del temor a la hoja en blanco. Sentía eso que llaman necesidad de expresarme. Y me daba igual mentir sobre cualquier tema. Ahora soy un cagado, en comparación. Quizá la dejadez o que la experiencia va paralizando.
Recuerdo que con 15 años, por ejemplo, escribí una novela corta en hojas cuadriculadas arrancadas de una libreta del instituto, creo que de matemáticas, llena de sexo y drogas. Sexo que incluía tríos, incestos, sado, homosexualidad y experimentos con gaseosa. Drogas sobre todo salía la coca, por todas partes, a todas horas. Ni había probado jamás la coca ni tenía intención y de sexo también era un párvulo con apenas cuatro salivaciones, toqueteos y experiencias onanistas en mi haber. Pero creo que no salió tan mal, que la jerga estaba bien buscada, que todo parecía verídico aunque un tanto exagerado. Ahora, con algo más de experiencia, me río y pienso que me cortaría totalmente al escribir un relato de esas características. A la larga me saldría, y seguramente más informado, pero sin ese desparpajo y esas ganas de contar mentiras arriesgadas.

No hay comentarios: